domingo, 16 de octubre de 2011

Pequeña historia del mundo

Sentado en el Heathrow, aeropuerto de Londres, ciudad epicentro capitalista de la vieja Europa, y considerando los acontecimientos revolucionarios de los últimos meses uno no puede evitar tratar de entender que está pasando en el mundo, y es que lo que ahora está sucediendo probablemente ocupe los libros de historia del futuro como uno de los capítulos más importantes en los últimos 50 años, por lo que estar aquí de testigo para mí es todo un privilegio. De nuevo los poderes fácticos tratan de quitarle la palabra al pueblo dividiendo a la sociedad, manipulando y tildando a los jóvenes de violentos, cuando no olvidemos que fueron estos, los jóvenes del pasado, es decir nuestros abuelos los que nos otorgaron todas las libertades de las que hoy disponemos, siendo los "perroflautas" de su momento. Este texto no consta de rigor histórico (pues además está escrito de forma que sea fácil leerlo), aunque se aproxima bastante a la historia real y trata de poner al mismo tiempo sobre la mesa factores sociales, económicos, políticos e incluso psicológicos que puedan explicar el mundo en el que hoy vivimos y en el que podríamos vivir en un futuro no muy lejano.


El pasado

A partir de la revolución francesa en 1789, los sistemas anteriormente monárquicos, fueron dando lugar a sistemas democráticos. Una horizontalización social se fue propagando a través de europa. Los pequeños comerciantes y artesanos, anteriormente oprimidos por los duros regimenes autoritaristas empezaron a crecer pujantes, libres de cadenas. Los terrenos desamortizados al clero y la nobleza cayeron en manos del pueblo para su explotación, la ciencia comenzó a cobrar importancia y pronto los métodos de producción se vieron alterados, había llegado la revolución industrial. El taylorismo o fordismo, caracterizado por la secuenciación, optimización y el trabajo en cadena demostró que era un sistema idóneo para satisfacer la demanda de productos de forma rápida, sencilla y barata. Las personas se desplazaron a las grandes ciudades para trabajar en los talleres a medida que la mecanización llegaba también al campo. Por otro lado, dado el avance moral y social respecto al feudalismo, los mismos trabajadores comenzaron a reclamar sus propios derechos y a organizarse en sindicatos para defenderse. El estado les representaba, pues había sido elegido democráticamente así que pronto comenzaron a aflorar derechos que garantizaban la atención médica a todo el mundo y el acceso generalizado a unas bases mínimas de educación. Con una mejor formación de la gente y al tener que dedicarse menos tiempo al trabajo manual, la sociedad comenzó a transformarse dando lugar a la revolución tecnológica. La innovación tecnológica creció de manera exponencial junto con una explosión demográfica debida a los recientes avances en medicina y por lo tanto los países occidentales adaptaron sus economías basadas en la mano de obra y producción de recursos, a economías de servicios. Los ciudadanos vivían bien y empezaba a disponer de tiempo libre, así pues la gente al tener sus necesidades primarias cubiertas, obtenía dinero trabajando para gastarlo en su tiempo libre. El dinero se comenzó a gastar principalmente en artículos innecesarios que podrían considerarse de lujo si no estuvieran tan extendidos. Para que la economía, al basarse en el consumo, creciera, había que crear necesidad de consumo. Los primeros spots publicitarios comenzaron a aparecer en los medios de la época a finales del siglo XIX, rápidamente quedo demostrado que el hecho de que una marca dispusiese de un anuncio que la hiciese conocida, también la hacía mas comprada por los consumidores. Se generaliza la palabra consumidores; al igual que para generar calor el fuego es necesario, para la economía el consumidor es vital e influenciar su opinión el mecanismo que hará que una empresa prospere.

Las empresas comienzan a crecer, al igual que las ciudades y todo el mundo se ve beneficiado por las crecientes ventajas tecnológicas en todos los campos. El hombre viaja a la luna y nada parece poder ya detenerle. El fin de dos guerras mundiales demuestra al mundo lo importante de las alianzas internacionales, las relaciones mejoran y se genera dinero moviendo dinero. Con un mayor desarrollo de los medios de transporte empiezan a producirse los fenómenos consecuentes de lo que hoy conocemos como la globalización. Las empresas se descentralizan y alojan sus sedes a lo largo del planeta para maximizar sus beneficios mientras que los medios de producción son centralizados en países en vías de desarrollo donde la mano de obra es mas barata y los controles de las condiciones laborales son prácticamente inexistentes. Al mismo tiempo se aprovecha incluso que muchas veces la materia prima se encuentra ya allí mismo y resulta barato extraerla. Los productos de esta manera se pueden vender mucho más caros de lo que costaron hacerlos obteniéndose grandes beneficios. Conflictos bélicos son potenciados y sustentados por los países desarrollados para impedir el avance de los países menos desarrollados y poder seguir esquilmando sus recursos a cambio muchas veces incluso de armas.

Por otro lado, con la creciente importancia que cobra la información, los medios de difusión se popularizan y la prensa escrita, el teléfono y la televisión comienzan a formar parte del día a día de todo el mundo. Las técnicas propagandísticas se hacen cada vez más complejas y sutiles, comienzan a aplicarse en otros campos como la política. La mentalidad de grupo y valores de las siguientes generaciones se verán modificados definitivamente, el icono y el culto a la imagen se adueñan del día a día. Las pantallas pueblan las ciudades y las casas disparando información y toda la sociedad asimila las “nuevas” reglas del juego.

Las empresas siguen creciendo y gracias a la globalización surgen los primeros monopolios, mientras todo es uniforme dentro de ellos, la gente ya no se define por lo que es sino por lo que consume, “tener algo que otros no tienen te hace distinto y especial”, y ”cuando tengas esto serás feliz” son los mensajes subyacentes de toda la parafernalia de marketing.

Las personas ya no saben que quieren en realidad porque quieren lo que les dicen que necesitan para ser felices, el problema es que por mucho que compran nunca encuentran esa tan preciada felicidad. Se va generando así una sociedad infeliz erigida en torno a la frustración. Los medios de información comienzan a responder cada vez más al servicio de la empresa, no existe una motivación de formación, de enseñanza y aprendizaje, el objetivo es hacer dinero y esto es algo con lo que toda la sociedad está de acuerdo. Nadie puede concebir que algo exista gratis, si se ve una película en la televisión es aceptada la obligación de ser condicionado por un sin numero de anuncios, ya que “de algo tienen que comer”, “es esto mejor que nada” o “nadie te obliga a verlo”, de cualquier manera saben que la gente lo va a ver. El nuevo sistema económico imperante se termina por definir como el capitalismo, y este acaba por convertirse además en una forma de entender la vida en la que el principal objetivo es el de generar tanto capital como sea posible. La competitividad se ensalza como el motor de cambio y avance social dentro de este sistema. A finales del siglo XX, los monopolios ya comienzan a tener mas poder de forma evidente que los propios estados. Los casos de sobornos a políticos se multiplican aunque la gente en cierto modo puede justificarlo, ya que según ellos, harían lo mismo. Mientras la economía y tecnología crece desmesuradamente, los derechos sociales y competencias en materia democrática se mantienen iguales. El poder de la ciudadanía queda reducido a unas votaciones que se producen cada 4 años para las cuales, los políticos ponen en funcionamiento una campaña de marketing exhaustivo. El individuo medio de los países occidentales, totalmente alienado por las reglas del juego capitalista, acostumbrado a obtener lo que cree querer de forma inmediata y saturado por una información que no le incita a reflexionar sobre sus libertades, simplifica su responsabilidad como votante. Los políticos pese a ignorar al pueblo, pese enriquecerse a su costa, pese a cometer errores de incalculable valor descubren que nada pasa, y siguen siendo reelegidos una y otra vez, teniendo como testigos y jueces a una masa anestesiada y embalsamada dentro de la burbuja del pseudo estado de bienestar. Estos políticos, que fueron elegidos por el pueblo, para representar al pueblo, para guiarlo, ayudarlo a escoger sus mejores opciones se coronan como el brazo ejecutor del nuevo autoritarismo social, las grandes empresas. Cuatro años al servicio de una gran empresa como político auguran a uno un futuro aún más próspero y ausencia de carencia. Los políticos ignoran a las minorías más críticas del pueblo y empiezan a recortar derechos sociales a sus ciudadanos. Se venden a empresas privadas todos los servicios que anteriormente eran materia del estado. Argentina, perdida por la especulación tras vender sus principales fuentes de riqueza a empresas privadas es el primero de los países desarrollados en caer, al principio para el resto de occidente esto queda demasiado lejos, sin embargo los efectos de la especulación y la privatización no tardan en hacerse patentes, la mala gestión de la banca gestionando préstamos a deudores que no podrían devolverlos para enriquecerse con sus avales, sume a todos los países desarrollados en una crisis. La sanidad y la educación comienzan a ser privatizados también para sufragar las perdidas económicas. Los bancos reciben dinero de los propios ciudadanos gracias a los políticos, pese a ser los causantes de la crisis. Ningún banquero es juzgado. La población alentada por los políticos busca sus cabezas de turco en objetivos débiles como la inmigración, y el poder de la derecha radical crece.

El presente

Durante los años anteriores ha aparecido Internet y en un breve lapso de tiempo se ha gestado una nueva revolución en el mundo, la revolución de la información. La gente comparte y distribuye inmensas cantidades de información sin el filtro impuesto por los organismos fácticos del estado. Aquellas voces de las minorías más críticas empiezan a difundirse, grandes movimientos de personas, englobando a gran parte de la población se unen como una sola voz contra la casta política y el poder de los bancos, estos serán conocidos como el movimiento del 15M en España, que posteriormente tiene gran repercusión y réplicas a nivel mundial. Sin embargo la reacción política es mínima desoyéndose de nuevo a gran parte del pueblo. Las armas propagandísticas, aplicadas ya por el mismísimo Goebbels se ponen en funcionamiento al servicio del político y gracias a que la mayoría no-critica es gran asidua a los métodos de comunicación tradicionales ya bastante intervenidos, los políticos en vez de escuchar a su gente, consiguen simplificar el movimiento y atribuirlo a grupos de drogadictos, radicales y violentos, con el objetivo de desprestigiarlo. Para ello manipulan información y emplean la fuerza de forma desmesurada antes manifestaciones pacifistas. Mientras tanto y en paralelo, el sistema capitalista desbordado por las economías emergentes asiáticas y sudamericanas que reclaman su pedazo de pastel a base de jornadas de trabajo interminables, no da para sostener el sistema occidental. Las primeras señales se manifiestan claramente y varios países desarrollados y con una en teoría potente economía dan muestras de debilidad, pero los ciudadanos no pueden creer que esto este pasando de verdad así que siguen en su burbuja del estado del bienestar, mientras las grandes empresas que no tienen piedad, gracias a la globalización ya han desplazado su capital y sus servicios a las nuevas economías emergentes, mientras tratan de exprimir lo que queda de sus antigüos mercados. Los políticos a su vez, antes de dejar que el barco se hunda definitivamente, aprovechan para robar y hacer favores a terceros que les puedan asegurar su futuro. Más recortes acaban por asfixiar las economías familiares, la gente no tiene dinero para comprar por lo que sin demanda de productos las empresas tampoco venden, y no se genera dinero.

El futuro

El primer país en caer es Grecia, que a pesar de ser “rescatado” hasta cinco veces por la unión europea, no se puede hacer nada para salvar un problema de infraestructuras y organización política. Al poco tiempo, y como resultado de un efecto dominó que sacude Europa, miles de ciudadanos españoles descubren sorprendidos que el dinero hasta el momento disponible en sus cajas de ahorros y bancos ha desaparecido debido a la quiebra definitiva de los bancos. Miles de familias en la ruina no pueden hacer frente al gasto médico ahora privado ni a unos buenos servicios educativos. Los Portugueses e Italianos no tardarán en seguirlos. Tampoco sus votos sirven para nada dado que el estado ya no tiene control sobre ningún organismo. La policía afectada por la suspensión de pagos, debido a la pobreza incrementa sus casos de corrupción de forma alarmante y las calles dejan de ser seguras.

Esta época es la época conocida como la gran recesión, en la que el poder hegemónico de occidente se vio diezmado definitivamente por culpa de unos políticos que dieron con las claves exactas para gobernar de forma autoritaria, como durante la edad media probablemente gracias al consentimiento de generaciones de autómatas adormecidos por una sutil ilusión de libertad, que pudieron hacer mucho más por hacer efectiva la libertad sin utilizar las armas de lo que pudieron sus propios abuelos. Aquellas sociedades quizás crecieron demasiado rápido económicamente en proporción a su crecimiento moral o social. Es la historia de una sociedad frustrada que creyó en la felicidad del tener y que como siempre fue manipulada a favor de los intereses de unos pocos. Lo que posees te acabará poseyendo.



alexis